viernes, 4 de julio de 2014

Correrías francesas

La querida amiga Géraldine Hardy ha compartido algunas fotos del festival Le Polar se met au vert, en Vieux-Boucau, en Las Landas, al que el librero asistió con la camiseta que le relagó Paco Camarasa en su librería:

¿Pero quién es este tío?
En estas cosas el ambiente suele ser como el de una excursión de colegio, con apodos, canciones, cuchufletas, borracherías y ligoteos. Algo así:

Escritores de novela negra como críos
El tarambana chicoleaba con chicas que a veces se parecían a Belén Gopegui:


Y otras veces a concejalas del PP. El tío carece de criterio.


Como es habitual, los únicos dos españoles que había allí, el tarambana y Carlos Salem, se hicieron inseparables y compraban el súper botellas de whisky para esconderlas en la mochila y darle al frasco sin parar:

                              
El tarambana y Carlos Salem



Los franceses, imprudentes, nos invitaron a vinos, corriendo muchos riesgos:


Y al final el tarambana, hombre rudimentario,que sólo utiliza el bidet para echar la ceniza y apoyar el whisky, acabó trastornado por el chic de las francesas, tal que así:


Y él mismo se convirtió en una escena del crimen, en manos de las autoridades y de los forenses, de lo que dieron testimonio Les Pictographistes:


viernes, 27 de junio de 2014

Almudena Grandes hablando en catalán

En 2014


Diez años separan estas dos fotos, pero el cariño es el mismo. Diez años y ningún desengaño.


En 2004


Es muy difícil ver a Almudena Grandes y no abrazarla. Tanta es la alegría que da su sonrisa.

El jueves pasado vino a Peña Pintada a charlar sobre su último episodio nacional, Las tres bodas de Manolita.

Comimos una paella que a Sousa le salíó de aplauso, no faltó el vino, y con los licores, por hacer deporte y cultura, subimos al legendario Mirador Joan Salvat Papasseit, en homenaje al poeta que vino a orear sus bacilos de Koch en esta saludable sierra.

En el mirador Joan Salvat Papasseit

De izquierda a derecha: Pedro Sáez, el librero tarambana, Azucena Rodríguez, Juan Cerezo, Violeta Fernández y Almudena Grandes.

Falta Ricardo Gómez, que hizo todas las fotos.

Recitamos, mirando hacia la Fuenfría, el Mester d'amor del poeta catalán a cuatro voces, tan desafinadas como entusiastas. 

Empezó Azucena en un catalán tan dulce que casi parecía valenciano:

Si en saps el pler no estalviïs el bes
que el goig d'amar no comporta mesura.
Deixa't besar, i tu besa després
que és sempre als llavis que l'amor perdura.

Luego los libreros tarambanas lo tradujeron a un castellano facineroso y paladino:

Si conoces el placer no ahorres en besos
que el goce de amar no conoce mesura.
Déjate besar y besa tú después
que siempre es en los labios donde el amor perdura.

Le tocaba a Pedro, que consiguió lo nunca visto: que el catalán sonara como una lengua medio eslava, aunque él afirmaba que se había limitado a poner un inquietante acento checo:


No besis, no, com l'esclau i el creient,
mes com vianant a la font regalada.
Deixa't besar -sacrifici fervent-
com més roent més fidel la besada.


Aquí los tarambanas traductores traidores trastocaron algún adjetivo y se trastabillaron con algún sustantivo, además de tomarse la libertad de convertir la "font regalada" en la vecina y generosa Fuenfría:

No beses, no, como el esclavo y el creyente,
sino como quien sube a pie Fuenfría.
Déjate besar -sacrificio ferviente-
cuento más encendido más fiel el beso.

Le tocó por fin a Almudena, que (en la intimidad) habla un catalán castizo, muy de los bares de Antón Martín, pero musical y con algún ramalazo de Chamberí.

¿Què hauries fet si mories abans
sense altre fruit que l'oreig en ta galta?
Deixa't besar, i en el pit, a les mans,
amant o amada -la copa ben alta.

Quieras que no, los tarambanas se emocionaron con este carpe diem, tan parecido a la alegría de Inés y Manolita, los personajes de Almudena, y  tan parecido también a ese deber diario de la alegría del que hablaba Kafka:

¿Qué habrías hecho si te mueres antes,
sin más roce que el del aire en tu cara?
Déjate besar, y en el pecho, en las manos,
amante o amada, la copa bien alta. 

Acabó Juan  en su excelente catalán de Barcelona, que nos permitió disfrutar de toda la musicalidad y la belleza del poema:

Quan besis, beu, curi el veire el temor:
besa en el coll, la més bella contrada.
Deixa't besar
i si et quedava enyor
besa de nou, que la vida és comptada.

Que los tarambanas traicionaron, a la vista de un "veire" donde sólo conocían un "got" (echando mano de sus más que dudosos conocimientos de occitano y de catalán medieval) como:

Cuando beses, bebe, cure el vaso el temor:
besa en el cuello, la región más hermosa.
Déjate besar
y si te queda nostalgia
besa otra vez, que la vida es corta.

Así que, afónicos y felices, sedientos y desgañitados, decidimos obedecer al poeta y seguir bebiendo y besándonos.

Además de compartir, durante unos años, el colegio de las hijas, Almudena y el tarambana comparten desde hace unos años la amistad de su editor, Juan Cerezo, con quien da gusto trabajar y pasar los ratos.

El tarambana, Almudena Grandes y Juan Cerezo
Así que bien a gusto bebimos hasta que llegó la hora de la tertulia.

El tarambana, con tantos besos o tanto vino o tantos ambos, sesteó un poco, dicen que por lo menos pasó dormido una de las tres bodas de Manolita.

Si es que no fueron dos.

Luego se despertó y todo siguió donde lo habían dejado: con los vasos y los besos.

Un día inolvidable, gracias a la generosidad de Almudena Grandes, Azucena Rodríguez y Juan Cerezo.


La tertulia de Peña Pintada, toda una leyenda del Guadarrama





viernes, 14 de marzo de 2014

Menú para mayores de edad

Librería Fuenfría propone un menú para lectores adultos, mayores de edad, dignidad y gobierno, y con ganas de disfrutar y quedarse después pensando, con sentimientos confusos, con emociones intensas, con dudas, con la decisión de hacer algo con lo que uno ha leído.

PRIMER PLATO
Que no muera la aspidistra, de Georges Orwell.   9,95, en Debolsillo

SEGUNDO PLATO
El secreto, de Donna Tartt.  22,90, en Lumen.

POSTRE
El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain. 15,00, en RBA


Hace poco el tarambana estuvo en una tertulia donde mantuvo que, si un marciano (o un neozelandés del año 2085, pongamos) leyera las novelas españolas de los últimos 25 años, no se enteraría de cuánto valían las cosas, cuánto ganaba la gente al mes o en qué lo gastaba, y tendría mucha dificultades insalvables para averiguar de qué viven los personajes de nuestras novelas.

Comentaba que en cambio él estaba leyendo a Dickens y podría decir de inmediato el precio de las cosas, a qué clase social pertenecía cada personaje y cómo llegaba a fin de mes (o en qué estado, a menudo lamentable).




Por eso recomienda esta novela de George Orwell. Tras leerla, hasta el tarambana podría explicar sin vacilaciones cómo se podía vivir en Londres en 1935 con treinta chelines semanales, en qué pensión, con qué vecinos, y para qué (poco saludable) dieta y para cuánto tabaco alcanzaban esos treinta chelines.

Al tarambana Que no muera la aspidistra le ha impresionado y se ha sentido como quien saca la cabeza del agua después de tanta novela superferolítica con enrevesados problemas artificiales y entelequias de adorno.

La novela describe la dudosa epopeya de Gordon Comstock, un poeta que desprecia el capitalismo y decide vivir de espaldas al dinero. O como decían de Ludwig Wittgenstein sus hermanas: "le ha dado ahora por la extravagancia de ser pobre".

Así que abandona un buen empleo y se pone a trabajar por un muy modesto sueldo en una librería. Lo primero que comprueba, cuando intenta escribir, es que "con sólo dos peniques y medio en el bolsillo, toda inspiración era imposible".

La novela sigue a un ritmo vertiginoso quitándole la careta a buena parte de nuestras ilusiones: todo es dinero. Todo está determinado por el dinero. La amistad, las relaciones familiares, la simpatía, la belleza, la salud y, por supuesto, el amor. Su novia, Rosemary, no se acuesta con él por la única razón de que es pobre, aunque ella misma ni siquiera lo admita.

Mención aparte merece su amigo y editor Ravelston, un socialista rico con mala conciencia que pretende que no hay gran diferencia entre el y Gordon, que él es como cualquier pobre.

Sin embargo, "ningún hombre rico consigue jamás pasar por un hombre pobre; porque el dinero, como el asesino, siempre acaba apareciendo".

Cuando Gordon decide renunciar, no sólo al dinero, sino también a la decencia y al sentido común (que también proceden del dinero), desesperado y borracho, pretende llevarse a casa de Ravelston dos putas arrastradas, y éste se escandaliza. A Gordon le hacen gracia sus escrúpulos: "¡Un socialista de alcurnia yéndose a la cama con una puta! Sería el primer acto proletario auténtico de toda su vida".

Una novela excelente, según el tarambana, que incluso defiende el final, alegando que es otra vuelta de tuerca para poner al descubierto la impostura de lo que llamamos "literatura", o como diría Sartre, el "compromiso burgués" que exige toda novela; porque al fin y al cabo la literatura no es sino otra cuestión de dinero y clase.

Por menos de 10 euros, nadie debería perderse esta novela.

La claridad de Orwell es consecuencia de su convicción de que escribir bien es una postura política. Quien quiera saber algo más al respecto le recomienda el tarambana el estupendo ensayo: George Orwell o el horror a la política, de Simon Leys, a 13 euros en Acuarela & A. Machado.




Y quien tenga más curiosidad y disponga de más presupuesto, no debería dejar de leer la cuidada y muy abundante selección de los ensayos de Orwell que publica Debate (a 39,90 euros).



Hace ya unos años al tarambana le dejó su amigo Miguel Tomás-Valiente un libro para que lo leyera sin pérdida de tiempo, porque no podía seguir tan campante sin haberlo leído.

Era El secreto, de Donna Tartt.


Dos días estuvo el tarambana sumergido en la novela hasta que la acabó. Le pareció hipnótica, le dejó el sabor amargo de las buenas novelas, con sentimientos no todos muy saludables, le pareció una fábula como las películas de antes: "para mayores con reparos".

Había capítulos en los que sintió verdaderas naúseas y algo de vértigo, como aquel en el que los chicos va a dar el pésame a los padres del amigo asesinado... por ellos.

La recomendó a muchos amigos y todos quedaron conmocionados, así que, nada más abrir la librería, pidió dos ejemplares.

Agotado, ya no se reeditaba.

Había que fastidiarse. Lo mismo le pasó con El amo del corral, de Tristan Egolf, que le dijeron que está descatalogada.

Sin embargo, doña Donna ha publicado este año otra novela, que el librero acaba de recibir, pero aún no ha leído, El jilguero (a 24, 90, en Lumen) y, con tan buen motivo, han decidido reeditar El secreto.



El pobre Egolf, que había nacido en el Guadarrama, en San Lorenzo de El Escorial,  ya no tiene la posibilidad de publicar otra novela para que reediten El amo del corral.

Se pegó un tiro a los treinta y tres años.

¿Con qué postre se podría cerrar una comida tan copiosa como ésta?

Nada mejor que el contundente, inolvidable y perturbador James M. Cain de El cartero siempre llama dos veces, una novela que se lee en una tarde, pero cuyo recuerdo dura media vida ya para el tarambana.




Al librero le gusta mucho más la novela que la película y, entre las dos versiones en película. el muy tarambana prefiere la más moderna.

Por Jessica Lange, dice.

Y por una escena en la que aparece la mesa de una cocina, añade.

martes, 11 de marzo de 2014

¿En qué quedamos?

Al tarambana le gusta leer periódicos y le divierte mucho cuando dos periódicos no se ponen de acuerdo, aunque cada vez es más insólito, porque todos dicen más o menos lo mismo y opinan lo mismo sobre todos los asuntos.

Hoy, aniversario del 11-M, eldiario.es titula así:

El 11M NO EXISTE (EN LA NOVELA)

El País, todo lo contrario:

AUN CON DIFICULTAD, LOS ESCRITORES SON LOS CREADORES QUE MÁS HAN EVOCADO LA MATANZA.

¿En qué quedamos?

Paula Corroto asegura que "en diez años no se ha publicado ninguna gran novela española sobre los atentados del 11 de marzo".

En cambio, Winston Manrique Sabogal está convencido de que el 11-M es algo que "la creación artística ha abordado de manera muy tímida. Salvo la literatura. Desde el día siguiente de la tragedia en Madrid, 11 de marzo de 2004, las palabras de los escritores iniciaron su empeño por reordenar y ordenar la vida porque a la desgracia se sumó la confusión de palabras manipuladas".

Para Winston, el mismo 12 de marzo todos se pusieron a escribir como un sólo hombre. Paula en cambio afirma que "la mayoría de los escritores consultados por eldiario.es se apuntan a la teoría de Mailer para explicar por qué no se escribe sobre el 11M: es necesario que pase el tiempo".

¿En qué quedamos? ¿Cogieron papel y lápiz el mismo 12 de marzo o decidieron esperar?

Qué divertido.

Qué combate tan espectacular entre dos intrépidos periodistas.

Esta noche gran velada en la que Paula y Winston pelearán por el título de Gran Diagnosticador Literario.

Paula Corroto


Winston Manrique Sabogal

¿Quién se alzará con la victoria? ¿Será limpio el combate o se les escapará algún puñetazo por debajo del cinturón? ¿Utilizará Paula su legendario gancho al hígado? ¿Responderá Winston con su contundente uppercut a la mandíbula?

Hagan sus apuestas...

jueves, 27 de febrero de 2014

Avistamiento de Kurt Vonnegut en Cercedilla

Sí, el mismísimo Kurt Vonnegut ha confirmado su asistencia a nuestra tertulia en Peña Pintada el miércoles 5 de marzo. A eso de las ocho ha dicho que se presentaría, aunque no ha entrado en detalles sobre su forma de aparición.

Lo más probable es que nos visite como presencia espectral aunque benévola y socarrona, pero si no se arregla así probaremos con el tablero de ouija, que tan buenos resultados nos dio para convocar al Marqués de Santillana y a Garcilaso (y comprobamos que Garcilaso ceceaba, al parecer a causa de una herida de lanza que  le atravesó la mejilla).

Eso sí, tenéis que venir con Matadero Cinco leído, que le dará mucha alegría a Vonnegut. Los espíritus incorpóreos son muy susceptibles y podría tomarse a mal nuestras habituales intervenciones que siempre comienzan:

-No he leído el libro, pero mi opinión es que...

Eso está muy bien para Alberto Olmos o Jorge Riechmann, pero con los fieles difuntos hay que tener un poco de delicadeza, que luego ellos lo agradecen con profecías en oscuros hexámetros.

¿Que dónde se encuentra esta novela tan contundente como un puñetazo en la mandíbula?

Pues en la Librería Fuenfría, dónde iba a ser. A 7,90 euros por ser tú.




Quizá Vonnegut nos honre con su presencia a través de una mancha la pared, como las caras de Bélmez, quién sabe. Le reconoceréis porque parecerá recién levantado de la siesta, estará sonriendo, tendrá un cigarrillo en los labios y el pelo como un estropajo recién escurrido.

Por si acaso, éste es su aspecto:





La frase dice más o menos: El verdadero  terror es despertarse una mañana y descubrir que el país está a cargo de tus compañeros de bachillerato.

Algo que, con los años, empieza a sucedernos a todos: cuando tipos de tu edad y que te recuerdan mucho a los más tontos de tu clase ocupan ministerios,  ha llegado el momento de quedarse en casa con tabaco, bebida y buenos libros..

¿Qué es un fantasma?", se preguntaba James Joyce y él mismo respondía: "Un fantasma es una persona que ha desaparecido: por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres".

Dejemos el próximo miércoles un sofá libre, algo de tabaco y una botella de whisky, porque es dudoso que, incluso ausente o muerto, Vonnegut haya podido cambiar de costumbres, y es un hecho conocido que le encantaba dormir la siesta:




Si queréis uniros al avistamiento del OVNI-Vonnegut en la Sierra del Guadarrama, os esperamos en Peña Pintada.

martes, 28 de enero de 2014

Nueva tertulia en Peña Pintada

El jueves 13 de febrero tendremos otra tertulia en Peña Pintada.

A eso de las 8.

En esta ocasión será "con bicho". Quiere decirse que la autora del libro sobre el que charlaremos estará presente. En esta ocasión además es un libro de poemas. Quiere decirse que los renglones están sin terminar y que se corre un elevado riesgo de que se reciten versos "in situ" o sobre el terreno.

El libro se titula Las sumas y los restos. Es tal que así:



El librero tarambana tuvo la oportunidad de presentar este libro hace unos meses y le gustó tanto que ha maquinado y complotado con Pedro Sáez para que podamos leer en Cercedilla el libro y para que nos acompañe  la autora, Ana Pérez Cañamares.

El tarambana y Ana Pérez Cañamares

Ana, que es muy buena gente, no se ha acobardado, a pesar de que sabe que en este pueblo, aunque se respeta mucho a Faulkner (es verdadera devoción lo de Cercedilla  por Faulkner), también nos gusta darles caña a los autores, preguntar impertinencias, hacer chirigotas, chicolear con poetisas y armar barullo en general.

Si tú también te vienes lo pasaremos mejor todavía.