jueves, 5 de septiembre de 2013

Un menú inglés

Tras consultas con Isaac Rosa, hemos confeccionado el nuevo Menú Fuenfría.

El librero consulta al novelista

Se trata de un menú de inspiración británica, irónica, despiadada y carnívora..

PRIMER PLATO
Lectura y locura, de G.K. Chesterton. 10 euros

SEGUNDO PLATO
El coleccionista, de John Fowles.  23 euros

POSTRE:
El asesino de las bellas artes, de Charles Dickens y Oscar Wilde. 10,95 euros

El primer plato es una copiosa ensalada de esas las que se les echa de todo lo que uno encuentre, hasta maíz, pan frito, hojas arrancadas de macetas, queso de cabra, gambas, cebolla, berberechos y pimienta. Se trata de una colección de artículos que aparecieron a principios de siglo en el Daily News y fueron recogidos en libro por primera vez, con el título Lunacy and Letters, en 1958. Esta es una preciosa edición de Espuela de Plata cuya encuadernación recuerda a una ensalada:


Entre Picwick y Falstaff, Chesterton es un escritor que al librero le gusta de primer plato, aunque le parezca, como plato principal, al mismo tiempo excesivo y escaso. Demasiadas paradojas, ironías, sarcasmos, demasiadas vehemencias y subrayados. Y a la vez escaso de sabores fuertes y más hondos. Como entrante, una maravilla; pero de segundo plato quizá hubiera sido como poner gazpacho o ensalada.

El plato fuerte es un libro que no se puede dejar de leer. Para el librero, la gran novela de John Fowles. Es como un roast-beef frío, sonrosado, algo crudo, pero acompañado de una salsa caliente con oporto. Insuperable. Es la historia de un tipo sin dinero ni educación que secuestra a una señorita con inquietudes artísticas. ¿Por qué lo hace? Pues porque está seguro de que, en cuanto ella le conozca más de cerca, se enamorará de él y dejará a esos payasos de clase alta con los que tontea. También quiere comprender, saber por qué ella se siente tan superior a él, cuál es la diferencia entre los dos, si es que la hay, o por qué su gusto en pintura, por ejemplo, es menos válido que el de ella.

Nunca volvió Fowles a escribir algo tan contundente, tan afilado, tan inquietante como esto, que fue su primera novela. Igual que el roast-beef, la novela está cocinada con pasión fría y una salsa caliente de rencor, curiosidad e insatisfacción.




¿Qué se puede tomar de postre tras una copiosa ensalada Chesterton y un contundente roast-beef Fowles? ¿Algo que mezcle el recuerdo del sabor ligero y variado del primer plato y la intensidad y rigor del segundo?

En efecto, sería como mezclar a Oscar Wilde con Charles Dickens.

Pues eso es lo que ha hecho la estupenda editorial Rey Lear en un hermoso y breve texto titulado El asesino de las bellas artes, que reúne Atrapado, de Dickens; y Pluma, lápiz y veneno. Estudio en verde, de Wilde.



El nexo es el protagonista de ambos textos, Thomas Griffiths Wainerwright, que fue (con cierto éxito), dibujante, pintor y escritor, pero también un virtuoso del veneno, en particular de la estricnina (de color verde), con la que dio cuenta de un tío suyo, de su suegra y de su cuñada Helen, de la que no toleraba que tuviera "los tobillos demasiado gruesos".

Dickens, que llegó a conocer en la cárcel al artista verdoso, cuenta su historia de forma magistral, sin ocultar cuánto le repele el individuo, pero sin escatimar tampoco la compasión. En Fuenfría los libreros no son ajenos a la haute cuisine y saben que el postre debe recordar y a la vez contrastar con la comida: la compasión de Dickens, comparable a la de Chesterton, frente a la prosa despiadada de Fowles, por ejemplo.

Wilde en cambio sigue, como cabía esperar, la senda irónica y elegante de Thomas de Quincey (que por cierto fue amigo de Wainerwright, el virtuoso de la estricnina), provocando por tanto nuevas evocaciones y contrapuntos con la frialdad ardiente (digamos) de Fowles y el energumenismo pirotécnico de Chesterton.

Un postre perfecto para un menú insuperable, que sólo puede rematarse con un café y una copa de coñac Larios 1886.

¡Buen provecho!

3 comentarios:

  1. Ha sido un placer conoceros!!Volveré seguro y ya os diré qué tal "El coleccionista".

    Mil gracias.

    ResponderEliminar
  2. Eso espero, pero vuelve a la hora justa para el aperitivo antes de la comida o de la cena. Un beso

    ResponderEliminar
  3. He terminado El coleccionista!!!!...al final de mes lo comentaré en mi blog pero me ha gustado...he pasado hasta miedo y me ha recordado a Auster en "La música del azar" y a Patricia Highsmith también.

    ¡¡Quiero otro menú!

    ResponderEliminar